Preguntas frecuentes
Diagnóstico por imagen de mama, ginecología y densitometría ósea.
CONSULTAS
La radiación por una mamografía realizada en los mamógrafos modernos digitales equivale a la dosis que recibe una persona en unos meses por el hecho de vivir en este planeta (radiación natural). Dado el beneficio en cuanto a reducción de la mortalidad, la mínima dosis de radiación que supone una mamografía está más que justificada.
El tiroides es una glándula del cuello que no está expuesta directamente a la radiación de la mamografía, por lo que únicamente va a recibir una mínima radiación dispersa. La radiación que utilizamos para hacerte la mamografía es muy baja, tanto por la técnica utilizada como por la compresión de la mama, la dosis de radiación que recibe el tiroides es, por tanto, no significativa. Además, existe la posibilidad de que el protector del tiroides salga superpuesto en la mamografía y por tanto impida que se vea el tejido mamario en esa zona, o que la mamografía no resulte de calidad para ser diagnostica. Si esto ocurriese, tendríamos que repetir la mamografía, por lo que la radiación total aumentaría.
La ACR (American College of Radiologist) y la SBI (Society of Breast Imaging), la ATA (American Thyroid Association) , la SEPR (Sociedad Española de Protección Radiológica) y la SEDIM (Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama), y también la bibliografía científica más reciente coinciden en recomendar que: “Durante la realización de la mamografía no es necesario utilizar el protector plomado de tiroides, y que su uso puede ser perjudicial para la paciente desde el punto de vista del correcto diagnóstico y de la optimización de la protección radiológica”.
Más que necesario, es imprescindible. Permite que la imagen sea diagnóstica y que la radiación sea la menor posible. Esto hace que la prueba sea molesta e incluso dolorosa en algunos casos, aunque con los equipos actuales el 40% de las mujeres no experimentan dolor, y solo un pequeño porcentaje refieren dolor intenso.
Muchas veces la causa del dolor está en los pliegues de la piel o en las posturas forzadas más que en la compresión. Una colocación adecuada puede ayudar a disminuir las molestias de la prueba, así que te recomendamos que te dejes guiar por nuestros técnicos.
La lactancia materna no es una contraindicación para ninguna técnica de imagen. No obstante, produce cambios importantes en la imagen de la mama, tanto en mamografía como en ecografía, por lo que no es el momento ideal para realizar una revisión y debe valorarse si es posible retrasar la prueba para que su valor diagnóstico sea mayor.
No obstante, si una mujer se nota un bulto durante la lactancia materna, debe hacerse una prueba de imagen y empezaremos por una ecografía de mama, ya que lo más probable es que se trate de algo relacionado con la lactancia. Si consideramos indicado realizar mamografía, no es necesario descartar la siguiente toma.
Generalmente la mamografía por si sola es capaz de descartar o confirmar la presencia de lesiones sospechosas, sin embargo, tiene sus limitaciones. Hay mujeres que tienen lo que llamamos los radiólogos una «mama densa». Son mamas que presentan más dificultad para el diagnóstico en la mamografía. En estos casos, no debe extrañarte que te indiquemos también una ecografía de mama u otra técnica (como una mamografía 3D, una mamografía con contraste o una resonancia magnética).
Se recomienda acudir sin desodorante ni cremas, porque algunos productos contienen agentes radiopacos que pueden verse en la mamografía o dificultar la ecografía. Si no es la primera vez que te haces una mamografía, es importante que lleves los estudios previos ya que la comparación entre estudios de diferentes años es necesaria para detectar anomalías.
Además, en caso de que ya se te diagnosticara algún tipo de hallazgo previamente, el radiólogo podrá cerciorarse de que se trata de algo conocido y no de nueva aparición, en cuyo caso requeriría biopsia. Si llevas implantes o has notado algún hallazgo nuevo (bulto, retracción de la piel, secreción…) indícaselo al profesional que te vaya a hacer la exploración.
No se requiere ninguna otra preparación especial. No es necesario acudir en ayunas. Tampoco se requiere planificar la prueba para un momento concreto del ciclo menstrual (sí es importante estar segura de que no estás embarazada).
Sí, hay varias cosas que saber antes de hacerte una resonancia magnética.
- Deberás acudir en ayunas de 4-6 horas.
- Es necesaria la utilización de contraste intravenoso para el diagnóstico del cáncer de mama y la caracterización de lesiones, por lo que debes informar de antecedentes de alergias o de insuficiencia renal. El único estudio sin contraste es el que se realiza para valorar prótesis mamarias.
- Es importante que no exista contraindicación para la realización de la RM, como por ejemplo algunos de los dispositivos de estimulación cardiaca, implantes cocleares incompatibles, bombas de infusión de medicamentos, etc. Por lo que todo paciente con cualquier tipo de dispositivo debe traer la tarjeta identificativa del implante para poder saber si es reso-compatible.
- Siempre que sea posible, conviene programar el estudio en la segunda semana del ciclo menstrual, para mejorar la sensibilidad del estudio.
- Si estás dando el pecho, es recomendable desechar la leche después de la prueba durante 24h ya que el contraste pasa a la leche.
- Las pacientes que sufren ansiedad o claustrofobia pueden requerir previamente administración de ansiolíticos, o incluso sedación durante el procedimiento.
El objetivo de las revisiones con mamografía es detectar las lesiones malignas en la mama en mujeres sanas mediante una prueba de imagen, antes de que aparezcan síntomas, como un bulto o retracción del pezón. Al detectar las lesiones antes de que sean lo suficientemente grandes como para producir sintomatología, estaremos haciendo un diagnóstico precoz. De esta forma, será más probable que la enfermedad se detecte en un estadio temprano, lo cual permitirá un tratamiento menos agresivo y la posibilidad de curación será mayor.
Hay clara evidencia científica de que el cribado (screening) con mamografía cada dos años en mujeres de entre 50-70 años disminuye la mortalidad por cáncer de mama. Algunas guías clínicas recomiendan comenzar las revisiones mamarias antes de los 50 años. Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, la reducción de la mortalidad es del 40% entre las mujeres que aceptan la invitación a las revisiones. Ni la exploración física por el clínico, ni la autopalpación mamaria han demostrado mejorar las tasas de detección de cáncer mamario, el pronóstico o la mortalidad por cáncer de mama. Gracias a esta evidencia científica demostrada en ensayos clínicos, la mayoría de las poblaciones de Occidente, incluyen la mamografía bianual como programa de cribado poblacional, y en España, se oferta a la población dentro del sistema de salud pública.
Hay lesiones que se detectan con facilidad en la mamografía, como las microcalcificaciones, que pueden ser un signo precoz del cáncer de mama, y que con la ecografía no se pueden ver. Este es uno de los motivos para que la ecografía no esté aceptada como método de cribado.