El tiroides es una glándula del cuello que no está expuesta directamente a la radiación de la mamografía, por lo que únicamente va a recibir una mínima radiación dispersa. La radiación que utilizamos para hacerte la mamografía es muy baja, tanto por la técnica utilizada como por la compresión de la mama, la dosis de radiación que recibe el tiroides es, por tanto, no significativa. Además, existe la posibilidad de que el protector del tiroides salga superpuesto en la mamografía y por tanto impida que se vea el tejido mamario en esa zona, o que la mamografía no resulte de calidad para ser diagnostica. Si esto ocurriese, tendríamos que repetir la mamografía, por lo que la radiación total aumentaría.
La ACR (American College of Radiologist) y la SBI (Society of Breast Imaging), la ATA (American Thyroid Association) , la SEPR (Sociedad Española de Protección Radiológica) y la SEDIM (Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama), y también la bibliografía científica más reciente coinciden en recomendar que: “Durante la realización de la mamografía no es necesario utilizar el protector plomado de tiroides, y que su uso puede ser perjudicial para la paciente desde el punto de vista del correcto diagnóstico y de la optimización de la protección radiológica”.