Más que necesario, es imprescindible. Permite que la imagen sea diagnóstica y que la radiación sea la menor posible. Esto hace que la prueba sea molesta e incluso dolorosa en algunos casos, aunque con los equipos actuales el 40% de las mujeres no experimentan dolor, y solo un pequeño porcentaje refieren dolor intenso.
Muchas veces la causa del dolor está en los pliegues de la piel o en las posturas forzadas más que en la compresión. Una colocación adecuada puede ayudar a disminuir las molestias de la prueba, así que te recomendamos que te dejes guiar por nuestros técnicos.